La magia del agua

Siempre me ha gustado el agua, la sensación de zambullirme, de amortiguar el ruido exterior, de aislarme de lo que me rodea y de sentirme terriblemente ligera.

Cuando nado todo fluye: el agua por mi cuerpo, los movimientos de mis brazos y de mis piernas, los pensamientos de mi mente…todo. Es un momento mágico que hace que las cosas no lleguen a disolverse, pero casi.

La magia del agua y la técnica que acompaña a la experiencia Maider Gorostidi

Los primeros minutos suelen ser los peores. El agua está fría, nado con rapidez hasta entrar en calor y, una vez estabilizada la temperatura de mi cuerpo, bajo un poco el ritmo para concentrarme en la técnica.

¿Por qué hago esto? porque normalmente, durante esos primeros minutos, mi cabeza está llena de ideas, , está aturullada con todo lo que ha pasado durante la jornada, saturada; y, en esas condiciones, no soy capaz de pensar con claridad. Así que mi técnica es clara: dejo de centrarme en lo que me ronda por la mente y me centro en lo que estoy haciendo y en cómo lo estoy haciendo.

Entonces voy recordando el detalle de los movimientos que hace ya años aprendí y sigo depurando.

Me fijo en cómo tiene que entrar la mano en el agua: hay que lanzarla hacia adelante y, metiendo primero el dedo gordo, sumergir toda la mano después; el resto de los dedos deben estar pegados, relajados pero pegados, para que el agua no se escape entre ellos y el esfuerzo realizado sea óptimo. Ahora dibujo una silueta en el agua, una silueta parecida a una «ese»; y mientras la dibujo, voy recogiendo el agua con la palma de la mano para arrastrarla con energía hasta el muslo.

Es importante sentir la resistencia del agua; eso significa que lo estás haciendo bien. Si esa resistencia la vas notando en el tríceps, fenomenal, es que realmente le has cogido el punto perfecto.

Como decía, una vez que la mano llega al muslo, saco el brazo semiflexionado, con el codo apuntando hacia el cielo y repito el lanzamiento de mano inicial.

Mientras uno de los brazos está ya con el movimiento interiorizado y recorriendo libremente su trayectoria, el otro, en cordial armonía, se cruza con su hermano en la mitad del trayecto, trazando un hermoso movimiento paralelo.

Esta concentración en la técnica aprendida del movimiento, me permite dejar mi mente en blanco y, ahora, soy consciente de que los asuntos que me «revolvían» ya han desaparecido.

Una vez que los brazos van bien y se han habituado a la sensación que produce el movimiento correcto, paso a la alineación del cuello y la cabeza con el agua. Mi cuello y mi cabeza no pueden estar en tensión; deben descansar sobre el agua. El agua es la almohada. Reposo.

Ahora llegan mis piernas. Al nadar a crol, el mayor avance se consigue con los brazos. Un buen movimiento de brazos hace que el esfuerzo de las piernas sea prácticamente nulo. Pero al nadar y querer avanzar cada vez más rápido, tendemos a aumentar las patadas, aumentando la frecuencia de las brazadas y empeorando la técnica de empuje del agua, para acabar siendo más lentos.

Así pues, tenemos que armonizar el movimiento de las piernas con el de los brazos y saber que si queremos ir más deprisa, el ritmo de nuestras piernas aumentará pero no así el de nuestros brazos (que se mantendrá en su óptimo y fluido desplazamiento de agua)

Tengo ya las sensaciones identificadas. La técnica ya es mía. Puedo seguir nadando.

A partir de este momento es cuando realmente disfruto del agua, del placer que me produce nadar. Y es precisamente ahora, en este impass, cuando mis pensamientos comienzan a fluir, como yo; de forma tranquila y ordenada, dejando de lado ese caos inicial; sin tensiones y sin contaminación; en ocasiones de forma extremadamente clara (de hecho, muchas veces deseo tener una máquina en el traje de baño que los pueda recoger y los vaya pasando a un sencillo word, ¡sería magnífico!)

La satisfacción que me aporta esta experiencia es increíble y muy superior a la pereza que puede darle a cualquiera el hecho de meterse en el agua de una piscina llena de gente.

Para mí, de verdad, es la Magia del Agua.

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