Hace ya unos meses empece a leer el libro sobre Conversaciones Cruciales de Kerry Paterson. Como su título indica, el libro recorre aquellas claves necesarias para que las conversaciones cruciales tengan éxito. Algunas de estas claves, se recogen en el blog de Manuel Gross.
Sobre este libro voy y vengo intentando avanzar en mi capacidad para manejar mejor las conversaciones cruciales.
Pero, ¿que es una conversación crucial? Es aquella en la que los interlocutores ponen muchas cosas en juego, en donde hay opiniones diferentes y en la que las emociones son muy intensas. Si juntamos todos estos ingredientes, acabamos teniendo esas conversaciones que, en ocasiones, sacan lo peor de nosotros y no resuelven nada.
Porque, en serio, no dialogamos.
Pero ¿qué es el diálogo?
Así, el diálogo es el “fluir de significados”: dia significa “paso/flujo”, logos significa “significado”. Fluir, no invadir, ni violentar, ni imponer; fluir. Y además, dialogar es compartir abierta y libremente nuestra ideas desde la franqueza, la escucha, el respeto y la espera.
Y bien utilizada, es una “herramienta social” que transforma el “conocimiento del individuo” en “conocimiento de equipo”. Este es su gran potencial,el aprendizaje que genera en los equipos.
En las pocas ocasiones en las que he podido dialogar, así de verdad, he sido consciente de la magia que produce, de lo que supone trascender tu pensamiento y tus intereses inmediatos para, mediante la escucha, llegar a convertirte incluso en un observador de tu propio pensamiento.
Esto requiere ser consciente de lo que hacemos, de cómo lo hacemos, afrontar nuestros puntos de mejora y mantener una actitud «constructiva» siempre, generosa (con nosotros y con el resto de las personas)
¡Ánimo!